La piedra juega un papel muy importante, hace de nexo entre el terreno y la vivienda, y realza la estética mediterránea.

Nos encontramos con un programa muy fluido, en el que las comunicaciones son protagonistas pero sutiles. No se desaprovecha espacio en pasillos. Las escaleras se sitúan en el centro de la vivienda, y es el eje del conjunto, sin dejar de estar integradas y pasar desapercibidas.

El diseño interior se basa en unos parámetros de arquitectura vernácula, donde predominan las vigas del techo que quieren marcar un forjado unidireccional tradicional. Esto se acentúa con el uso de la misma piedra del exterior en el interior, lo cual nos genera un espacio muy rico y dinámico.

La fachada norte se presenta más sobria y con menos aperturas, sin dejar de respetar la estética del conjunto e incorporando elementos que le den movimiento a la misma. La fachada este no necesita adornos, ella misma está llena y completa: juego de volúmenes, pérgola, continuidad visual interior-exterior, zona de esparcimiento, jardín,…