La teja oscura es un recurso muy utilizado en la arquitectura mediterránea actual. Se puede optar por un diseño con líneas puras, que puede dar la sensación de más “moderno”, pero también se le puede dar un aire contemporáneo utilizando cubierta inclinada. Este caso que nos ocupa, VILLA FYR, mezcla de forma sutil elementos estéticos heredados de arquitectura vernácula (teja) con líneas minimalistas, de forma que el conjunto hacen una composición elegante.

En la zona de ocio, al norte en este caso, se distribuyen holgadamente la piscina, zona ajardinada y pérgola. Todo en armonía, con circulaciones limpias y espacio para todo tipo de mobiliario de exterior. Este ámbito al aire libre está presidido por un gran marco, el cual se texturizado con gres porcelánico con un tono neutro que nos distinga y dé presencia al mismo. La composición quiere ser simétrica, pero se ha organizado de forma que resulte falsa simetría aunque los pesos visuales esté compensados.

La fachada sur se hermana con su homóloga al norte con un gran marco, en este caso se diferencia dándole textura al resto de elementos. Para ello se ha optado por un chapado de piedra de un tono claro, que quiere ser ibicenca. De este modo la vista 360º forman un conjunto estético compacto, homogéneo, que se adapta a la perfección al entorno mediterráneo, y busca la excelencia.

El interior está totalmente conectado con el exterior: grandes huecos acristalados, comunicaciones, pavimentos, todo a nivel, … La conexión es importante ya que la propiedad buscaba hacer vida interior-exterior en épocas estivales. Este interior se ha decorado con materiales que dan luminosidad y amplitud de espacios. Los tonos son neutros, colores suaves, claros, que combinados con los elementos arquitectónicos tales como dobles alturas, pasarelas, escalera volada, etc. forman un elegante conjunto que, como antes he mencionado, busca la excelencia. Fran Ruiz.

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