Cada vez con más intensidad, el público me demanda viviendas de una sola planta, donde desarrollar la vida al completo, aunque tenga una estancia arriba para uso oficina o similar. En este caso que nos ocupa, la Villa DATHAGUY, la propiedad tenía muy claras sus perspectivas: hacer vida en un solo nivel.
Esta vivienda se empezó a proyectar desde el exterior hacia el interior. El exterior se organiza teniendo en cuenta la huella de la vivienda, la piscina, zona de ocio y comunicaciones. La vivienda tiene una ocupación alta en la parcela, en forma de “L”, pero deja espacio suficiente para desarrollar el resto de los usos. La piscina resuelve dos funciones: una para hacer ejercicio y la otra para disfrute, por ello esa forma. La zona de ocio está ubicada junto a la cocina, la isla de la barbacoa es una prolongación de la isla de la cocina: una mitad es interior yla otra mitad es exterior. Las comunicaciones, además de ser fluidas y no dejar metros sin usar, también quieren ser un paseo arquitectónico, donde a medida que vas adentrando hacia la vivienda vas descubriendo elementos.
La estética fue muy cuidada desde los primeros bocetos. La idea es buscar una imagen contemporánea, que destaque en su entorno (viviendas heredadas tradicionales). Dos grandes volúmenes dialogan entre sí: el de una planta, más alargado, aloja la zona de noche (dormitorios y baño); el más alto y cúbico, que quiere abrazar al anterior, aloja los usos de día (salón cocina comedor) y una oficina en altillo. Todo ello con una gran doble altura que le da cuerpo y carácter arquitectónico al conjunto. El resultado está a la vista. Fran Ruiz.