El tiempo se detiene en este conjunto inspirado en la arquitectura del hormigón de Tadao Ando. El proyecto se ubica en una zona residencial, área metropolitana, muy tranquila, donde se abren grandes espacios verdes ideales para paseo y disfrute. La parcela presenta un desnivel acentuado de una altura de una planta aproximadamente desde el lindero este al oeste.
La intervención amplía un edificio existente y multiplica sus posibilidades dando mayor espacio para usos múltiples. Se crea una gran sala versátil que puede desempeñar funciones como salón de actos, exposiciones, aulas formativas, etc.
Es esta sala la protagonista del conjunto y como tal se ha proyectado dentro de un gran volumen curvo que marca la estética y le da carácter al edificio. Este volumen se ha tratado con dos materiales: hormigón y cristal. También se ha incorporado a modo de elemento bioclimático pasivo unas lamas verticales para proteger el interior del sol del oeste.